El Acosómetro

Por Guadalupe Escobedo Conde

A una década de haber creado “El Violentómetro”, una escala de 30 puntos para medir las expresiones de violencia hacia la mujer, desde las bromas hirientes hasta el feminicidio, el Instituto Politécnico Nacional lo vuelve a hacer y diseña “El Acosómetro como una nueva herramienta para detectar las conductas constitutivas de acoso y hostigamiento sexual, en espacios físicos y digitales.

 

Elaborado por especialistas, académicos y estudiantes en materia de prevención, detección y atención de conductas de violencia de género, este manual enumera las situaciones que incomodan y denigran a la mujer en el trato social, sobre todo en el ambiente público. A diferencia del primero, este contiene 17 puntos, pero no significa que estos ocurran en orden ascendente, descendente o por separado, pueden registrarse indistintamente y varios a la vez.

 

El folleto que sin fines de lucro se comenzó a distribuir desde el año pasado en instituciones educativas, gubernamentales, asociaciones civiles y demás organismos de la población a nivel nacional e internacional, tiene el propósito de visibilizar este tipo de delito e incentivar su denuncia. Está dirigido a las víctimas, o sea las mujeres, sin embargo, debe socializarse en toda la población.

 

Con el lema ¡No es No! Se explica que tanto el hostigamiento como en el acoso, la conducta es similar, lo que cambia es la posición de los agentes, en el primero, existe subordinación, en el segundo no.

 

Para la cero tolerancia a la violencia de género precisamos conocer que estas prácticas son agresiones, aunque muchas veces no las vemos. Los piropos y miradas, los comentarios soeces, las bromas sexualizadas, las expresiones y señas de tipo sexual, y en su máxima expresión los besos, tocamientos o cualquier contacto físico, son parte de los 17 puntos que se plantean para la identificación del problema

 

Desde luego que también se incluye el seguir, espiar, stalkear, tomar y compartir fotos y videos, presionar para obtener favores sexuales y represalias si estos no se obtienen, exhibicionismo, roce con los genitales, citar a conversaciones fuera de horario y establecer contacto sin finalidad académica o laboral por cualquier medio de comunicación.

 

El acoso es otra forma de violencia contra las mujeres, la Organización Internacional del Trabajo señala que es una violación a los derechos fundamentales y que además puede ocasionar problemas de salud mental a la víctima. En México, antes de la pandemia, en 2019, en cifras de la CNDH se informó que el 80 por ciento de los trabajadores han presenciado una conducta de acoso laboral y un 70 por ciento conoce de actos de hostigamiento, es decir el acoso principalmente ejecutados por los jefes.

 

Aunque muchas no lo saben, la mayoría de las mujeres en el ámbito académico, laboral o cualquier espacio público, hemos sido víctimas de acoso y hostigamiento sexual, pero en muchas ocasiones estas experiencias además de negarlas, las asumimos con culpabilidad y quizás por eso las invisibilizamos, aunque sigan ocurriendo.

 

Por ello, conviene saber que los piropos y demás expresiones de acoso y hostigamiento, son un ejercicio de poder patriarcal, es el hombre que se siente con el derecho a opinar y allanar el espacio físico de la mujer, no es amabilidad, es violencia. No normalicemos más estas conductas. Busca, conoce y comparte el Acosómetro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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