¿Y las cabañuelas?

En Boca de Todos

Por Guadalupe Escobedo Conde

                                              

                                               ¿Y las cabañuelas?

 

Duró mucho el primer mes de la actual década, un arranque de año atípico, más convulso que otros, donde la cuesta de enero y las cabañuelas nos pasaron de largo por asuntos más graves, el coronavirus, la falta de medicamentos, la tragedia en una escuela, la caravana de migrantes, la de víctimas buscando paz, la rifa del avión, otra demanda a un periodista y la temprana muerte del ídolo Kobe, entre otros temas que nos recuerdan la vulnerabilidad de ser.

 

Estudiosos del comportamiento humano indican que para muchos mortales el mes de enero del 2020 se nos hizo eterno, explican que todos vemos de distinta manera el correr del tiempo, sin embargo y a raíz de la socialización en redes sociales que aderezamos con el buen humor, todos nos sincronizamos y empezamos a darle otro valor al paso de los días, así los memes de la temporada nos iban creando más angustia por tan largo mes.

 

La mucha exposición a medios noticiosos y redes sociales nos agobian, porque siempre vemos los comentarios exagerados, por ellos especialistas nos sugieren tomarnos con calma las noticias y filtrar lo falso para no propagarlo.

 

Pero como no hay plazo que no se cumpla, damos vuelta al calendario, aunque en esta República el correr de los días parece surrealista, el presidente que insiste en mantenernos en el pasado, machando una y otra vez que toda tragedia es culpa de los que se fueron orondos con las arcas llenas y que nadie castiga, todo el tiempo insistiendo en que tiempos pasados fueron peores, que los corruptos, los de antes, nos metieron en este embrollo del cual nadie, ni él, nos puede sacar.

 

En coincidencias de la vida, así como se nos hizo bien largo el mes de enero se nos está haciendo eterno el actual sexenio, corre el segundo año y no se acomodan las calabazas, priva la improvisación y el desmarque, las ocurrencias y espontaneas reacciones para todo lo que nos suceda. Y como si faltará más o sobrara menos, nos amenazan con la posibilidad de extender las conferencias mañaneras a los sábados y domingos. Aquí no hay que tenga la sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo gobernar y desatarse a tiempo.

 

A tiempo el congreso tamaulipeco dio entrada a la Ley Olimpia, una reforma de ley que vendrá a sancionar el ciber acoso y los demás delitos digitales que se ejecutan en internet; también en este mes las escuelas reaccionaron ante la necesidad de ofrecer más seguridad a los escolares en sus entornos; de nuevo se encienden las alertas sanitarias para llamar a la conciencia ciudadana sobre el cuidado propio de la salud; y en política, los locales se reagrupan, con menos dinero, intentan maromas nuevas para mantenerse en la nómina de prerrogativas.

 

Y llega febrero, en año bisiesto, como cada cuatro años, con un día de más, pero será menos largo, al menos en percepción ciudadana, porque los amorosos todo lo hacen ver mejor. ¿Se acuerdan que nos prometieron una República amorosa? ¿Y los propósitos de año nuevo?

 

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