La quema de combustibles fósiles como carbón, gas y petróleo libera partículas en la atmósfera. Cuando los combustibles no se queman completamente, producen carbón negro, también conocido como hollín.
El hollín es como un polvo negro o café y está formado por minúsculas partículas, y puede tener un gran impacto sobre el clima.
El carbón negro es el responsable del 16% del calentamiento global y el segundo mayor contaminante atmosférico tras el CO2., reducir sus emisiones es clave para frenar el cambio climático y mejorar la salud de la población.
Ante esto la Universidad Uutónoma de Tamaulipas, busca colaborar en un proyecto en conjunto con la UNAM para catalogar las zonas de alta concentración de esta emisión en el estado de Tamaulipas, con el objetivo de conocer y proponer soluciones ante esta problemática, explicó Bárbara Macías Hernández, docente e investigadora de la UAT.
Mencionó que reducir las emisiones de carbono negro, o negro de carbón, como también se le conoce, no solo contribuiría a mitigar el cambio climático, sino también los efectos perjudiciales que tiene esta sustancia para la salud, ya que se ha comprobado que disminuye significativamente la esperanza de vida de la población al aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias graves.