Prepara la UAT el 3er Día del Investigador

De nueva cuenta la UAT se prepara para realizar la tercera edición del Día del Investigador, denominado este año: “Gestión y Transferencia del Conocimiento para el Desarrollo del Territorio”, que tendrá como sedes Victoria  y Tampico los días 24 y 29 de septiembre respectivamente.

El objetivo de este evento es promover la interacción de los ciudadanos tamaulipecos con los investigadores; valorar el impacto de la actividad investigadora en el bienestar de la sociedad; incentivar el interés de los jóvenes a realizar investigación científica y transferir los resultados de las investigaciones a la vida cotidiana.

Margarita Ordoñez, integrante del comité organizador del Campus Tampico, comentó que el 3er Día del Investigador a realizarse en esa ciudad contará con una amplia variedad de actividades educativas, desde visitas  guiadas  hasta demostraciones científicas e interactivas, así como juegos y experimentos en los cuales niños y adultos podrán interactuar con los investigadores que se encuentran en diversas áreas de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Las temáticas de participación serán: Medio ambiente y recursos naturales, Ingeniería y Tecnología, Ciencia y Arte, Desarrollos científicos y tecnológicos y Salud. 

La fecha de cierre para el registro es el día 8 de agosto. La convocatoria y ficha de registro está disponible en el sitio http://www.siyp.uat.edu.mx/3DiaInvestigador/Convocatoria_3DI.pdf

Para mayores informes pueden comunicarse al Teléfono 31 81800 Extensiones 2965, 2906, 2917, 2916 y 2918, correo electrónico: 3diainvest@uat.edu.mx.

Continúa la UAT con espacios para crear y compartir ciencia
El segundo evento en Cd. Victoria fue todo un éxito.
Nikola Tesla, un genio olvidado

Inventor e ingeniero de origen serbio, Nikola Tesla nació el 10 de julio de 1856 en Smiljan, Croacia. Logró entrar a la Universidad de Graz con beca, pero al llegar a su segundo año la perdió. En su tercer año, decidió abandonar sus estudios y se trasladó a Maribor (hoy Eslovenia) para trabajar como ayudante de ingeniería. En 1880 se trasladó a Budapest para trabajar bajo las órdenes de Tivadar Puskás en una compañía de telégrafos.

Dos años después, se fue para París, Francia, para trabajar en la Continental Edison Company, una compañía de Thomas Edison, y fue oficialmente contratado en 1884, y se fue para Nueva York. Empezó a trabajar en Edison Machine Works, otra compañía de Thomas Edison. Después de varios años, se marchó de la compañía de Edison, por diferencias en sus ideologías.

En 1886, fundó su propia compañía llamado la Tesla Electric Light & Manufacturing. Al principio, varios inversionistas no estuvieron de acuerdo con sus ideas para desarrollar un motor de corriente alterna, y finalmente, tuvo que salirse de su compañía y trabajar como obrero durante un año para reunir capital para su próximo proyecto.

En 1888, empezó a desarrollar su bobina de Tesla y en ese mismo año comenzó a trabajar con George Westinghouse. En 1891, terminó su bobina, un transformador eléctrico compuesto por varios circuitos resonantes acoplados y para 1899 construyó un transmisor amplificador de más de 15 metros de diámetro, capaz de producir corrientes de altísimo voltaje.

Él creyó haber logrado transmitir electricidad sin cables y dio el siguiente paso hacia su sueño inalámbrico, claro, nunca pudo llegar a demostrar que la electricidad se puede transmitir sin cables más allá de unos metros de distancia. Lamentablemente, murió solo en 1943 en Nueva York. Lo único que quería era lograr obtener electricidad gratuita para todo el mundo y además enviada de forma inalámbrica.

 

 

La inteligencia artificial, una herramienta al alcance del humano

La inteligencia artificial (IA) es la capacidad de una máquina de imitar el comportamiento humano. Por décadas se han creado obras sobre el tema, como el libro Yo robot (1950) de Isaac Asimov, donde se establecen las famosas tres leyes de la robótica o las películas Terminator, El hombre bicentenario o 2001, odisea del espacio.

Al respecto, el responsable del Laboratorio de BioRobótica Jesús Savage Carmona, de la Facultad de Ingeniería  de la UNAM, explicó que hoy tenemos un sistema computacional basado en las técnicas referidas, que funciona incluso en un celular y es capaz de ganarle al 90 por ciento de la gente. Pero, ¿un robot podría tener conciencia propia? Una forma de concebirla es como un monitor en el cerebro al que se le reporta lo que otros de sus módulos hacen.

De acuerdo con el investigador Jesus Savage, en 30 años estaríamos en posibilidad de crear una máquina con(IA) para atender a las personas en diversos escenarios, aunque no sería como muchos fantasean, sino un autómata habilitado para ayudar en tareas del hogar o, si está en un hospital, realizar diagnósticos acertados.

En México hay varios centros de investigación, institutos y universidades que desarrollan (IA). Hoy, estas técnicas se usan en forma cotidiana al realizar búsquedas en Google o al navegar por Facebook o Twitter, pues para su funcionamiento estos sitios emplean agentes inteligentes que analizan la conducta del usuario a fin de ofrecerle sugerencias o solucionarle problemas.

La importancia de los seres reguladores ecológicos

Cada uno de los seres vivos que habitan en nuestro planeta tienen un papel en la transformación del ecosistema que los rodea, aquellos que poseen un rol primordial en este o bien que su desaparición causaría un desequilibrio del habitad, son conocidos como los reguladores ecológicos. Entre las funciones que posee un regulador ecológico, se encuentra la depredación o regulación de especies que puedan generar una sobrepoblación, explotación o que puedan perjudicar de alguna manera el ecosistema donde estos habitan.

Un ejemplo de estos reguladores son los tan conocidos caballitos del diablo y libélulas, mismos que en los ecosistemas, cumplen la función de regular otras especies, incluidas las que son nocivas para el humano, como lo son las plagas de mosquitos e insectos transmisores de enfermedades, como el dengue, el zika o el chikungunya y que serían más graves en muchos lugares sin la presencia de estos seres, según explica, Alejandro Córdoba Aguilar, investigador del Departamento de Ecología Evolutiva del Instituto de Ecología de la UNAM, para el Universal.

En muchos otros casos, la regulación del ecosistema, no tiene que ver con la depredación, este es el caso de las aves y las abejas, que ayudan al esparcimiento de semillas, la proliferación y polinización de las plantas y árboles, generando una reforestación natural.

Hace algunos años, se liberó una manada de lobos, en el parque natural de Yellowstone en Estados Unidos, el objetivo era devolver esta especie a los bosques donde pertenecían, además de reducir la población de venados, que al no poseer depredadores naturales, se encontraban acabando con la población vegetal del área. Al pasar los meses no solo se restauró la flora del lugar, sino que esta atrajo a especies benignas que aumentaron la calidad natural del parque. Demostrando como solo una especie, puede generar un cambio drástico en el ecosistema