Los niños son quienes se exponen a los rayos del sol en mayor medida, dos o tres veces más que los adultos. Al cumplir los 18 años una persona ya habrá recibido del 50 al 80 por ciento de la radiación solar a la que se someterá toda su vida, indicó Selene Gutiérrez, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Los pequeños tienen más actividades al aire libre, sobre todo entre las 11 y 16 horas, que es cuando hay la mayor radiación ultravioleta, por lo tanto, tienen más riesgo de quemaduras, que representan la pérdida de la barrera epidérmica.
El primer indicio de daño es el enrojecimiento, seguido de una hiperpigmentación y del engrosamiento de la piel. Si ocurre en los pliegues o en el cuello es factible que provoquen deficiencia en el movimiento, incluso puede causar alteración en la respiración. Las quemaduras que son intermitentes pueden provocar ampollas, y la exposición acumulativa es causa principal de cáncer de piel, por ello los pequeños deben utilizar bloqueadores con factor de protección solar mayor a 30 y lo deben reaplicar cada cuatro horas.
En caso de quemaduras, los expertos sugieren llevarlos a la sombra, evitar irritantes como alcohol, no frotar y aplicar cremas con aloe vera o agua termal, que contribuyen a disminuir el ardor y en caso de tener ampollas recomiendan acudir al médico.
Asimismo señalaron que otra de las situaciones en las que se debe observar es la poca cultura de protección que existe en el país, pues sólo 10 por ciento de la población tiene el hábito de usar y reaplicar un bloqueador.