Manual para la vida moderna
Cinthya Barrón
Cuando pienso en mi infancia y las innumerables veces que dije “ya quiero ser grande para trabajar y tener mi propio dinero” me dan ganas de regresar en el tiempo y decirme que la vida adulta no es ni sofisticada ni fácil, es más, que mejor no crezca y me quede viendo caricaturas para siempre.
Cuando egresamos de la universidad creemos que a partir de ese momento todo será una larga cosecha de éxitos personales. Mi generación creció con el ideal de un trabajo de oficina, de preferencia en labores administrativas como si fuera lo máximo en la vida laboral. Sin embargo la realidad de lo que mexicanamente hemos bautizado como vida Godínez dista mucho de lo que creímos sería la comodidad de un trabajo estable.
Todo lo anterior se puede apreciar de manera puntual, tierna e irónica en una serie animada de Netflix que vi hace un par de semanas. Se trata de “Aggretsuko” y hasta ahora es lo mejor que he visto en cuanto a series en lo que va del año. En esta serie se narra la vida de una chica soltera que vive los estragos de ser una oficinista en Japón, la relación que tiene con sus compañeros de trabajo y especialmente con su jefe, un hombre machista y manipulador que busca a toda costa explotar a sus empleados.
La genialidad de Aggretsuko es el tono irónico y tierno de sus personajes y el estilo de animación. Al ser personajes diseñados por la compañía Sanrio (creadores de Hello Kitty) me recordaron mucho a mis juguetes de niña y a ese anhelo de la vida adulta como algo lleno de dicha y prosperidad. Retsuko, personaje principal de la serie, busca seguir su sueño de una vida lejos de la oficina, tiene problemas con su estabilidad emocional por un trabajo tóxico, busca en sus compañeros de trabajo aliados para resistir a la vida diaria, tiene problemas para completar sus gastos y cree que enamorarse es una salida a la realidad laboral. Quien tenga tiempo sorteando la vida adulta y un trabajo estable comprenderá estas pequeñas alegrías y las frustraciones que no nos advirtieron cuando éramos niños. Por eso Aggretsuko es una serie para el niño interior que le gusta reírse, especialmente de sí mismo.
Lamentablemente no hay un manual definitivo para la vida adulta. En esta temporada de graduaciones me inquieta saber cómo será la relación emocional y laboral de los chicos que ilusionados caminan con sus togas a recibir sus certificados. Me gustaría advertirles sobre algunos mitos de la felicidad en la oficina y los beneficios de tener prestaciones laborales antes que grandes sueldos por pequeños contratos. Pero quizá esos manuales de la vida adulta solo se puedan conseguir con la experiencia personal, con el tiempo, con humor y con muchas caídas, especialmente cuando esas caídas nos obligan a levantarnos con mayor determinación.