Estados Unidos e Irán, una relación bilateral de cuarenta años, en constante tensión.
Por Gerardo Villegas Rodríguez*
Twitter: @pleromazero
Las relaciones diplomáticas entre Washington y Teherán, iniciaron en 1856, cuando Irán aún conservaba el patronímico de Persia, y durante la primera parte del siglo pasado, éstas fueron estrictamente comerciales, cooperando bilateralmente con proyectos de infraestructura como la instalación de un sistema ferroviario del Golfo Pérsico hasta la capital de la ahora República Islámica.
Posteriormente, durante la Revolución Constitucional Persa de 1909, Estados Unidos colaboró con Irán como una “tercera fuerza”, para que se liberara de la injerencia del Imperio Ruso y de las presiones de Reino Unidos, además para estabilizar su economía interna; y aunque en la Primera Guerra Mundial, Persia buscó, sin éxito, el apoyo financiero de Washington, no hubo ningún acercamiento entre ambas naciones hasta la Segunda Guerra Mundial.
A partir de 1942, las tropas estadunidenses participaron en Irán activamente en la Operación Rostro, una invasión bilateral de la URSS y Reino Unido, que sirvió para facilitar los suministros de material de guerra para Moscú, que luchaba en el Frente Oriental. Aunque Teherán se mantenía neutral en el conflicto internacional librado en Europa, los Aliados consideraron que el Sha, Reza Shah, estaba a favor de los intereses del Tercer Reich y de las potencias del Eje Berlín-Roma-Tokio, por lo que fue depuesto durante la ocupación posterior y fue reemplazado por su joven hijo, el Sha, Mohammad Reza Pahlavi, quien gobernaría hasta 1979.
Un año después, Washington llevó a cabo, la operación Ajax, una intervención que propició el Golpe de Estado de 1953 en Irán, mismo que fue orquestado por la CIA y alentado por los británicos, como reconocen cientos de documentos oficiales y han admitido ambas potencias occidentales, de acuerdo a la cadena británica BBC, (https://bbc.in/37F9Pe2).
Durante el Golpe, Estados Unidos ayudó a desestabilizar al primer ministro Muhammad Mosaddeq, con la teoría de que “el aumento de las tensiones internas y el continuo deterioro económico…podrían conducir a un colapso de la autoridad gubernamental y abrir el camino para al menos, una asunción gradual de control por el bien organizado partido comunista Tudeh de Irán”, además de que a través del Golpe impedirían la nacionalización de la industria petrolera iraní.
De tal manera, muchos ciudadanos iraníes argumentaron que el Golpe de Estado y el posterior apoyo de Estados Unidos al Sha, fueron en gran parte responsables de la brutal dictadura en Irán, lo que condujo al “carácter profundamente antiamericano” de la Revolución Islámica de 1979, cabe señalar que Washington también jugó un papel fundamental en la fundación de la brutal policía secreta del Sha para mantenerlo en el poder, organismo creado por agentes de la CIA, entre los que estaba el célebre mayor general estadunidense que lideró en la década de los noventa la invasión a Irak, Herbert Norman Schwarzkopf, quien capacitó a todo el personal de la primera generación de la Organización Nacional para la Seguridad y la Inteligencia de Irán, SAVAK, por sus siglas en persa.
Paradójicamente, Washington también ayudó a Teherán a crear su programa nuclear en 1957 al proporcionarle su primer reactor y combustible nuclear, y más tarde en 1967, al proporcionarle uranio enriquecido con capacidad de armamento, de tal manera, el programa nuclear iraní continuó hasta la Revolución Islámica de 1979, que derrocó al último Sha, por lo que cabe reconocer que Estados Unidos usaba a la ahora República Islámica, como aliada sobre todo por sus características geopolíticas y colindancia con el estrecho de Ormuz, cuya importancia estratégica es clave, debido a que se encuentra en la salida del golfo Pérsico, que es rico en petróleo.
En enero de 2006, Irán reanudó el enriquecimiento de uranio para su programa nuclear por lo que Estados Unidos sospechó que planearía desarrollar bombas atómicas, acción que provocó al ex presidente estadunidense, George W. Bush, quien consideró usar armas nucleares “tácticas” contra Teherán, tensiones que no pasaron de meros amagos.
Sin embargo, Estados Unidos llegó a un acuerdo nuclear con Irán, firmado en 2015 para limitar las capacidades nucleares de la República Islámica, además disminuyó las sanciones económicas contra Teherán por lo que liberó más de 100 mil millones de dólares en activos congelados en el extranjero y aumentó el acceso extranjero a la economía iraní. A cambio, Irán tuvo que aceptar temporalmente no participar en actividades nucleares, incluida la investigación y el desarrollo de una bomba atómica, posteriormente, el presidente estadunidese, Donald Trump, se retiró del acuerdo unilateralmente en 2018.
El hecho es que, desde hace cuarenta años, las relaciones entre la República Islámica y Estados Unidos, siempre han sido tensas, es importante recordar que, durante la Conferencia de Guadalupe, celebrada en enero de 1979, por las cuatro potencias occidentales: Estados Unidos (Jimmy Carter), Reino Unido (James Callaghan), Francia (Françoise Mitterrand) y Alemania Occidental (Helmut Schmidt), las discusiones se centraron especialmente el Medio Oriente y la crisis política en Irán.
Durante la cumbre, los líderes concluyeron que no había forma de salvar la posición del Sha, Mohammad Reza Pahlavi, y que, si él permanecía como líder, esto podría agravar aún más la guerra civil en Irán y podría resultar en la intervención soviética, que cobraba mayor influencia en la zona, sobre todo con la ya planeada invasión de Afganistán. Tras la reunión, aumentaron las protestas internas en Irán y la oposición a la dinastía Pahlavi, de 2 mil 500 años, misma que terminó con el derrumbe del Sha, quien abandonó Irán para exiliarse el 16 de enero de 1979.
Tras el derrocamiento del Sha, este fue reemplazado con el líder supremo chiíta, Ayatollah Ruhollah Khomeini, quien sorprendió al gobierno de Estados Unidos con su exultante sentimiento antiestadunidense, nación a la que calificó como “el Gran Satanás”. Durante su regreso del exilio en París, el clérigo fue recibido por cinco millones de fervorosos seguidores, al principio Khomeini prometió elecciones libres y reformas poco drásticas, pero lo cierto es que sus promesas de abrir el gobierno fueron falsas, por lo que entró en vigencia una nueva Constitución de corte Islámico, en la que las mujeres y las minorías sufrieron la peor parte.
En noviembre de 1979, la nueva constitución de la República Islámica fue adoptada por un referéndum nacional, de esa manera, Khomeini mismo se instituyó como el Líder Supremo (Jurista Guardián), y oficialmente se le reconoció como el “Líder de la Revolución”, y fue hasta el 4 de febrero de 1980, que Abolhassan Banisadr, fue elegido como el primer presidente de Irán, de la mano del poderoso Ayatollah.
El 4 de noviembre, un grupo de estudiantes universitarios iraníes que se autodenominan “Seguidores Musulmanes de la Línea Iman”, tomaron el control de la Embajada de Estados Unidos en Teherán y retuvieron como rehenes a 52 empleados de la embajada estadunidense durante 444 días, un evento conocido como la “crisis de rehenes en Irán”, en Estados Unidos, la toma de sus ciudadanos fue vista como una violación flagrante del derecho internacional y despertó una ira intensa y sentimientos anti-iraníes.
Finalmente, el 4 de abril de 1980, Estados Unidos rompe relaciones diplomáticas con Irán y en septiembre, las tropas del presidente sunita iraquí, Sadam Husein, invaden el suroeste de Irán. Fue evidente que occidente apoyó a Irak en esa guerra, que duró hasta 1988, pero hasta enero de 1981, los 52 rehenes estadunidenses fueron liberados de la embajada en Teherán.
En julio de 1988, un avión comercial iraní fue derribado por un buque de guerra estadunidense, en el ataque, las 290 personas a bordo murieron, Estados Unidos justificó el derribo de la aeronave con una confusión.
El 29 de enero de 2002, tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, el presidente estadunidense George W. Bush, describió a Irán, Irak y Corea del Norte como el “eje del mal”, en junio de 2019, miembros de la Guardia Revolucionaria Iraní, derribaron un avión no tripulado estadunidense sobre el golfo Pérsico, Washington negó que ese dron haya ingresado al espacio aéreo iraní, sin embargo, Trump canceló un ataque de represalia en el último minuto.
Finalmente, el 3 de enero de 2020, con un ataque selectivo de dron, Estados Unidos asesinó al comandante de la Guardia Revolucionaria iraní y líder de la fuerza de élite Quds, Qasem Soleimani, cerca del aeropuerto en la capital iraquí, Bagdad, por lo que el líder espiritual de Irán, el Ayatollah Alí Jamenei, amenazó con “una severa venganza”. Esta consistió en el lanzamiento de al menos una docena de misiles contra objetivos militares estadunidenses en Irak, ante la tensión internacional, el presidente Trump, afirmó que no utilizará el potencial del ejército estadunidense, por el momento, contra la República Islámica, con lo que se evitó una inminente conflagración bélica en Medio Oriente, misma que fue calificada en redes sociales y algunos medios, como la Tercera Guerra Mundial.
Con Información de Deutsche Welle, BBC y Wikipedia.
*Escritor, documentalista y analista político. http://pleroma.com.mx/