Ellas y nosotras

Por Guadalupe Escobedo Conde

 

El gobierno de Biden me pone optimista. Este es el año del liderazgo de las mujeres y Estados Unidos volvió hacer historia, a pesar de que cambiaron radicalmente los eventos protocolarios debido a la pandemia, el cambio de poder político en una de las naciones más poderosas del mundo, fue marcado por Ellas, las empoderadas mujeres, latinas, afroamericanas, estadounidenses, políticas, poetas, cantantes, comunicadoras, ciudadanas y primera dama.

 

“Estoy lista para servir” fueron las primeras líneas que anotó Kamala Harris en su nueva cuenta de twitter ya como Vicepresidenta; “Una nación indivisible, con libertad y justicia para todos” cantó en español Jennifer López; “Un día de amor, no de odio” enunció Lady Gaga; mientras que la joven poeta Amanda Gorman que conmovió al mundo en la brillante oratoria del poema “La colina que subimos” culminó con una motivadora expresión: “Siempre hay luz si tan solo somos lo suficientemente valientes para verla. Si tan solo fuéramos suficientemente valientes para serla”.

 

En tanto y sin tanta estridencia, la primera dama Jill Biden, doctora en educación, marco la distancia de su antecesora al portar prendas de diseñadoras mexicanas y latinoamericanas, en sus primeras participaciones públicas, además sostiene que mantendrá su actividad profesional en la docencia.

 

Y más allá del protocolo inaugural, las primeras decisiones ejecutivas ubican a las mujeres en los puestos claves de la nueva gobernanza norteamericana, en el departamento del tesoro, en comunicación social, en seguridad y la Vicepresidencia, mientras que al legislativo arriban 127 mujeres congresistas.

 

En política y economía, la prensa mexicana ya destaca las enormes diferencias entre nuestro gobierno y el que empiezan de aquel lado del Río Bravo, desde el discurso conciliador de Biden contra el retador de López Obrador, el apoyo a las energías limpias contra el retroceso que se percibe en México en este rubro, la mejora de la estrategia de sanidad allá contra los tumbos que se siguen ando aquí en esa materia; y desde luego que son evidentes las diferencias de liderazgo político de las mujeres con el nuevo presidente y la opaca participación de las mujeres en el servicio público mexicano.

 

Mientras que en las escalinatas del capitolio brilló el violeta, acá se ha emprendido una criminalización contra activistas feministas y se da el perdón patriarcal a políticos como Félix Salgado o Noroña que flagrantemente han ofendidos a las mexicanas.

 

Ellas, las mujeres estadounidenses inician un nuevo ciclo, más empoderadas y activas desde el liderazgo, tal como lo había previsto la ONU, cuando enmarcó el lema para las mujeres de este 2021 como: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”, en un año que se le dará seguimiento a la campaña Generación Igualdad. A nosotras nos anima su llegada por todo lo que representan a nivel mundial y porque acá en México, en este tiempo, se nos llamará a elecciones y el voto violeta será determinante para el porvenir.

 

Aunque debemos reconocer que en Estados Unidos no todo es color de rosa, no olvidemos que Joe Biden, el presidente número 46 de esa nación, el más veterano, con 78 años de edad, llega también con denuncias públicas de acoso, hostigamiento y miradas lascivas, en medio de su campaña tuvo que responder a éstas, cuando se le señaló de conductas impropias con las mujeres, se defendió aludiendo que “los límites del espacio personal se han reestablecido, lo entiendo y seré mucho más cuidadoso”, reconoció que su pasado le avergüenza, que no cumple con los estándares actuales ya que “las normas sociales están cambiando” y prometió cambiar.

 

 

 

 

 

 

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