Por Guadalupe Escobedo Conde
¿Te lo imaginas de novio? De compañero de pupitre, de colega en la profesión, de esposo o amante, de jefe o empleado, de vecino, amigo o enemigo, de cualquier forma, es un personaje que nadie quisiera tener cerca. Y hoy todo México sólo habla de él.
Ha puesto de cabeza al proceso electoral en curso, con él todo está en riesgo, hasta la democracia. La imagen del presidente y la confianza en nuestras instituciones, también sufrirán afectaciones por la embestida del Toro.
Se vende como un toro desbocado, un personaje que quiso ser actor y cantante, y hoy tiene la voz cantante de las campañas parlantes, algún día del 2001 se costeó una película autobiográfica, y hoy se siente el “héroe de esta película” electoral, es la tercera ocasión que busca gobernar su natal Guerrero, de dónde saca su otro alias, pero es un político problemático que ya creíamos olvidado, su origen perredista lo empató un mal día con López Obrador y ahora se dicen amigos, también paso por el PARM y el Frente Cardenista, además de que incursionó en el periodismo, llegando a tener su propia prensa, donde se envalentonó más.
Desde el año pasado una veintena de mujeres la han acusado públicamente de acoso sexual, cinco víctimas presentaron denuncias por violación sexual y no han encontrado justicia, y este tema no lo considero la Comisión de Honor y Justicia de MORENA y lo coló, en dos ocasiones, en sus encuestas y lo puso como candidato. Y ahora nos tienen metidos a todos en un embrollo nacional, con el alma en un hilo, con pena ajena y vergüenza mundial, ya que, al más viejo estilo de las manifestaciones ruidosas, con plantones de día y noche y altavoces que magnifican sus vulgares expresiones, se gana los reflectores de la prensa internacional.
Ha sido senador, diputado en dos ocasiones y alcalde del paradisiaco Acapulco y hoy es el protegido del presidente. Pero todos estos cargos honorables, no limpian su imagen de bravucón, que se ha ganado a pulso y desde donde se divierte apareciendo como víctima. Y es, nos guste o no, un ejemplo del político mexicano que alcanza el éxito al tender redes y complicidades que le permiten avanzar en cargos de gobierno. Hasta dice que su pueblo lo respalda.
Al colocar su nombre en cualquier buscador de datos virtual, sale su hoja de vida totalmente manchada por la misoginia, el machismo, el abuso de poder y el lenguaje soez y amenazante que utiliza en privado y en público.
Félix Salgado Macedonio es la antítesis de un político actual de cualquier país en progreso, es todo lo contrario al servidor público que la nación necesita, el anverso del candidato que se elige para proponer, abrir debate y ofrecer resultados. Es un monstro creado desde la era de Salinas, el máximo enemigo de su actual amigo, es un candidato que no debió ser, sí tan sólo sus correligionarios morenistas y el propio presidente hubieran escuchado a las feministas, sí lo hubieran filtrado por la ley 3 de 3 que todos los partidos firmaron, no estaríamos hablado de él. No sería tema. Pero lo es y al parecer se empeñará por aparecer en la boleta, ya empezó mal el baile y no lograrán volverlo al redil.
Con todo lo que se ha escrito, dicho y visto de Félix en medios y redes sociales, y como se retrata a sí mismo, como le gusta verse de “machín” y “valentón” ¿Aún dudan de sus víctimas de acoso y violencia sexual?
Yo le creo al INE.