En Boca de Todos
Por Guadalupe Escobedo Conde
NO me digas mi reina
Ni mi´ja, ni chula, ni muñeca, ni corazón, linda, bebé, o ningún otro calificativo que lleve una connotación sexual o de contacto íntimo que no existe.
En seco, la periodista Carmen Aristegui mostró con firmeza y educación como la mujer puede ir deteniendo las agresiones verbales del micro machismo, esas actitudes que casi ni se notan, que parecen tan normales y que sucede todos los días en todos los ámbitos públicos. “No me digas mi reina, te lo pido” dijo a su entrevistado.
No es la primera ocasión que un entrevistado responde así a las preguntas de una reportera, pero ¿Se imaginan que el entrevistador fuera varón? La respuesta hubiera sido “no mi rey”, espérame tantito mi chulo, bebe o muñeco, seguramente que no, entre ellos, suponen una camaradería y un nivel que les protege de estas sandeces.
Pero lo que le paso a la periodista, que pronto se hizo tendencia en las redes, le pasa a todas, en casi todos los entornos laborales, ninguna esta exenta, hasta que marca su raya, si es que puede. La empoderada mujer logra poner freno porque se sabe segura, la cámara, el micrófono y el entorno mediático le protegen, al menos en estos casos, sin embargo la mayoría de las veces las mujeres se enfrentan en su trabajo diario en condiciones más adversas y sin defensa alguna.
Ante acosos verbales, insultantes y constantes muchas mujeres solo bajan la cabeza, o lo que es peor, le entran al juego del cual saldrán siempre lastimadas, algunas callan por proteger al compañero de trabajo, otras por no enfrentarse a su jefe, perder su trabajo o empantanarse en un terreno más hostil, aunque las más, simplemente no saben que esas conductas dañan su autoestima, salud mental y hasta física si el acoso sube de tono. El Violentómetro, que es una herramienta para la medición de la violencia hacia la mujer, indica que las “llevaditas” y “bromas” que a veces parecen inocentadas, corren el riesgo de elevar el nivel de la agresión y pasar de las palabras al contacto físico.
El episodio viral de la periodista, nos recuerda que es momento de poner un alto, un freno a los estereotipos de las relaciones humanas, es tiempo de que el “NO” sea NO y no haya consecuencias, de que la mujer en verdad tome las riendas de sus decisiones y no se deje ridiculizar o incluso humillar, solo por convivir o no pasar un mal rato.
Recientemente un expositor de la CNDH que dio cátedra sobre el mecanismo de protección y defensa de los derechos humanos en entornos laborales, recordó a la audiencia, hombres y mujeres, que decir “ya basta” a tiempo, hace la diferencia para el respeto a nuestros derechos, en cualquier espacio público.
En Boca Cerrada
Más de cinco millones de infantes a nivel nacional, de los cuales más de 226 mil son tamaulipecos, participaron de la Consulta Infantil y Juvenil 2018, los resultados de la encuesta ya están desglosados para su consulta, estudio y análisis, se pueden visualizar en el portal del INE.
De los hallazgos, en el rubro de estereotipos de género y trato diferenciado, destaca que aún se enseña a las niñas con muñecas y los niños a ser más fuertes; en experiencias de maltrato y violencia, los niños de 6 a 9 años reportan más niveles de maltrato que el grupo de 10 a 13 años, las agresiones van de los insultos y limitar su opinión, hasta los golpes.