La sensación de no haber cumplido las metas del año, la presión autoimpuesta o externa de que hay que cerrar temas o una visión desmesurada de lo que significa “el año nuevo”, con su cúmulo de buenos deseos, proyectos e intenciones, puede generar estrés entre la población, así lo señaló el psicólogo clínico y catedrático Cesar Carranza Avendaño, situación que además de generar estrés puede ocasionar enojo y malestar.
“Al finalizar el año la gente hace un balance sobre lo que alcanzó y las metas que teníamos establecidas y al hacer el alto generalmente tenemos la problemática que en lugar de valorar lo que alcanzamos, en lugar de enriquecernos con todo lo que hicimos, tendemos a criticarnos por no haber alcanzado otras metas que hubiéramos querido tener”.
“Entonces nosotros mismos nos metemos la trampa y nos metemos la zancadilla porque no somos capaces de valorar en su justa dimensión todos los logros y alcances que tuvimos en las actividades que realizamos”, añadió.
De acuerdo con el articulo “5 formas de afrontar el estrés de fin de año”, publicado en el sitio web Roastbrief, es necesario a fin de evitar el estrés de fin de año, en primer lugar organizar el último trimestre del año y los dos primeros meses del siguiente. Además fijarse objetivos y priorizar lo importante por sobre lo urgente, ser razonable con la probabilidad de que no se alcanzará a hacer todo lo que se desea; pedir ayuda, compartir responsabilidades y fijar metas razonables y finalmente hacer un balance sólo con fines de autoevaluaciòn positiva, y re-pactar los aspectos no alcanzados por ahora.