Por Guadalupe Escobedo Conde
Los lunes, para muchas mujeres que llegan a su oficina a iniciar su semana laboral, son como un día de descanso después de realizar el fin de semana las labores del hogar, llegan a su escritorio y como un primer respiro, comparten con las compañeras todo lo que tuvieron que lavar, planchar y fregar, intercambian experiencias hogareñas y hasta se crea una especie de competencia para presumir o lamentar, quien hizo más faenas domésticas.
Son las mujeres de la doble o triple jornada, antes de la pandemia, era lidiar con el trabajo, la casa y los hijos. Ahora en el confinamiento, el quehacer se ha extendido, ahora también son las maestras de la casa y el teletrabajo se les acumula al tiempo que el trabajo de la casa y es que ahora con toda la familia más tiempo metida ahí, aumenta la friega.
Al 2019, INEGI cuenta que las mujeres dedican casi 70 por ciento de su tiempo a las tareas domésticas no remuneradas, y el 30 por ciento a un trabajo de paga, mientras que los hombres dedican casi el 70 por ciento de su tiempo al trabajo remunerado y casi un 30 por ciento a “ayudar” en casa.
La encuesta del uso del tiempo que presentan cada año, indica que no se ha avanzado mucho en la igualdad de tareas en casa, la carga mayúscula sigue siendo para la mujer, aunque se reconoce que ahora tiene más participación en el trabajo remunerado no se le quita la presión de las labores del hogar que es el trabajo más pesado y no remunerado.
Aún es común escuchar decir a un menor “mi mamá no trabaja, sólo está en casa”, o los comentarios de algunos hombres que se quejan de la oficina y le dicen a la pareja “es que tú no haces nada, sólo estas metida en la casa”, de hecho algunas mujeres aun considera que su trabajo en casa no vale nada, cuando se le pregunta a que te dedicas es capaz de decir “a las labores propias de mi sexo”, sin respingar, ni imaginar que se puede integrar una familia colaborativa donde todos participen del trabajo doméstico.
La Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo, que se elaboró con la asistencia del INMUJERES, también nos cuenta que las mujeres invierten 19 horas más que los hombres al trabajo doméstico y 7 horas más que ellos a los cuidados de niños, ancianos o enfermos en casa.
Desde hace un cuarto de siglo se realiza esta muestra que tiene como objetivo
“proporcionar información estadística para la medición de todas las formas de trabajo de las y los individuos, tanto remunerado como no remunerado; hacer visible la importancia de la producción doméstica y su contribución a la economía y en general, la forma como usan su tiempo mujeres y hombres, así como la percepción de su bienestar, todo ello respecto a la población de 12 años y más, de áreas urbanas, rurales e indígenas.
El cuestionario del año pasado es el sexto que se aplica en su tipo y no registra avances significativos.
Se supone que el resultado de este ejercicio puede ser utilizado para planear mejores políticas públicas que logren la igualdad de género, sin embargo no son datos que interesen a la actual gestión federal, dado que en ésta era se sigue fomentado la tradicional familia mexicana, donde las mujeres en hogares fraternos siguen sosteniendo toda la carga de las tareas domésticas.