El 11 de julio de 1987, se celebró el “Día de los 5 mil millones”, cifra de habitantes del mundo en esos días, y en junio 1989, el Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, propuso esta fecha como “Día Mundial de la Población”. La conmemoración de este simbólico día tiene como objetivo centrar la atención de los pueblos en la importancia de los problemas demográficos, particularmente en relación a los temas de desarrollo sustentable y de derechos humanos.
De acuerdo con el portal World Bank, la sobrepoblación es un fenómeno demográfico que se produce cuando la elevada densidad de la población provoca consecuencias negativas en el entorno. Estas secuelas pueden ser de diversos tipos, como daños al medio ambiente, destrucción de ecosistemas, hambruna, conflictos, disminución de la calidad de vida y otros. La sobrepoblación es considerada un problema contemporáneo de gran relevancia debido a que la población mundial crece aproximadamente a razón de 200 mil personas por día.
Actualmente nuestro país se encuentra en el onceavo lugar mundial de sobrepoblación, sólo después de Japón y de acuerdo con el INEGI, en México desde 1950 la población se incrementó cuatro veces más hasta llegar a 115 millones de habitantes. La creciente sobrepoblación en nuestro país es un problema notable, donde la misma sociedad es quien sufre todas las consecuencias: Mala calidad del aire por el aumento de automóviles, desechos de basura, industrializaciones por doquier, problemas en aspectos fundamentales como los servicios de educación, la producción de alimentos, falta de empleos, servicios de la salud, etc.
La evidencia de esto es la notoria preocupación de los líderes mundiales que fue expresada en la Cumbre sobre el Cambio Climático realizada en París en Diciembre del año 2015. Los representantes de los países enunciaron su preocupación por el indiscriminado uso de recursos naturales debido a que saben que el daño al planeta podría ser irreversible en unos años.