Por Guadalupe Escobedo Conde
Cuando se trata de propaganda política todas las efemérides son propicias para hacer alarde del androcentrismo, pero a veces se les pasa la mano, como ocurrió precisamente en la mañanera, que de conferencia de prensa paso a ser festival musical en honor a las madres. El dueño de la batuta, plantado en el escenario, fue el primero en felicitar a las madrecitas en su día, y acto seguido cedió el micrófono a Eugenia León para dedicar algunas melodías propias del festejo impropio.
La cantante fue duramente criticada por pisar el escenario mañanero para cantar y bailar a muy temprana hora, sin embargo, como todas las artistas, ella canta al son que le toquen. Y lo hizo bastante bien a pesar de que cuentan que para los cantantes es un reto mayúsculo cantar por las mañanas, cuando apenas va despertando la voz, el playlist bueno y la vestimenta blanca buena para la ocasión. Sin embargo, el horno no está para bollos ni el país está para festejos improvisados utilizando la figura maternal como estandarte político.
El presidente disfrutaba de su festival, en tanto afuera de palacio nacional clamaban por justicia las madres de desaparecidos. Fueron atendidos, para dejar evidencia en fotografías, por la Olga Sánchez y Alejandro Encinas, ambos tuiteraon que llevarían al presidente las exigencias del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México.
“Las mamás son primero” dijo el dueño del circo montado en el templete político de las mañaneras, sin previo aviso a los reporteros, sin permitir una pregunta o interlocución de los presentes y como festival escolar en lunes, los representantes de la prensa aguantaron estoicos el programa musical sacado de la manga de una administración que no tiene intención en una política pública con enfoque de género, era como la antítesis de un gobierno empático con las más vulnerables.
Reiteradamente el presidente ha desdeñado desde su estrado a las féminas, insiste en que gobierna con humanismo y sin distingos de género, pero lo cierto es que los programas sociales dedicados a ellas han desaparecido o reducido su presupuesto. Está peleado con las colectivas feministas, no acepta reclamos ni sugerencias, por ello es que optó por permanecer en su festival que salir a dar la cara a las madres de desaparecidos.
De luto por las muertes de la Línea 12 del metro en la CDMX, en perenne pesar por las madres que solas organizan la búsqueda de sus hijos, en duelo por los huérfanos de las víctimas de feminicidio y con mucho pesar por todas las mujeres, madres o no, que sufren cualquier tipo de violencia en este país misógino y machista, y en este desolador panorama ¿Tiene algún caso hacer fiesta? ¿Las madres recibieron lo que anhelaban?
El androcentrismo, concepto que se refiere a colocar al hombre, su palabra y opinión en una posición central de la sociedad, también se hizo patente en algunos candidatos locales, contagiados de la “alegría” del día, salieron a las calles a regalar flores y recrear festividades a la mamá y en sus redes sociales postearon “su amor a su madre” y algunos ni tantita tienen.
Desde su perspectiva androcéntrica, los hombres públicos y empoderados como alcaldes y gobernadores, también se agarraron de la efeméride para hacer escuchar su voz, remarcando los estereotipos sociales que subliman a la madre y son precisamente las madres las más olvidadas en sus discursos y prácticas de gobierno, pero es campaña y todo se vale para publicitarse, hasta la madre.