Guía ética del gobierno federal

De vuelta al tema de la crisis moral que presumiblemente enfrenta el país, el gobierno de la república ha presentado la “Guía Ética para la Transformación de México”, que tiene como objetivo recuperar los valores morales, culturales y espirituales que se perdieron durante el periodo neoliberal, según la Presidencia.

En el acto en que fue presentada la Guía, efectuado en Palacio Nacional, el Presidente López Obrador reiteró que la crisis de México no es solo económica, ni de bienestar material, sino que también es una crisis de valores culturales y morales, con lo cual justificó retomar el tema que había planteado al anunciar que su gobierno elaboraría una Constitución Moral para atender dicha crisis, lo que había quedado en la Cartilla Moral que se comenzó a distribuir el año pasado.

El antecedente en el ámbito nacional de un documento de tales características, está en La Cartilla Moral escrita por Alfonso Reyes en 1944, en las postrimerías del sexenio de Manuel Ávila Camacho, la cual fue concebida como un complemento a la Cartilla Nacional de Alfabetización.

En el tratado de Reyes sobre la moral humana, se destacaba la importancia del respeto y del amor propio, a la familia, a la sociedad, a la patria, a la humanidad y a la naturaleza. Cabe recordar que en su momento, esa Cartilla fue tachada de tener un sustento conservador, e incluso de ser un instrumento de apología de la religión, por lo cual no vio la luz pública sino hasta 1952, cuando el autor la publicó por su cuenta.

El presidente López Obrador ha dicho que la Guía Ética, constituye un primer paso para iniciar una reflexión nacional, sobre los principios y los valores que pueden contribuir a que en nuestras comunidades, haya una convivencia armónica y respeto a la diversidad cultural.

En consecuencia, en la Guía que tiene un carácter orientativo, se abordan 20 principios y valores, que van del respeto a la diferencia, pasando por la libertad, el sufrimiento, el perdón, las leyes y la justicia, para terminar con los animales, las plantas y las cosas.

Si bien la iniciativa de impulsar una recuperación de valores morales, por parte del gobierno federal no es novedosa, resulta interesante referir este tema para reflexionar sobre la importancia de que los distintos órdenes de gobierno, asuman la obligación jurídica y ética que tienen de procurar las condiciones para que los gobernados gocen de felicidad, tal cual en su momento lo postuló John Stuart Mill, uno de los padres del liberalismo, quien estableció como estrategias para el cumplimiento de ese fin de gobierno, la protección de la libertad individual y el fomento de la educación.

Más allá de las buenas intenciones por recuperar e inculcar valores morales, propias del humanismo que ha adoptado el pensamiento liberal hoy predominante, desde una perspectiva social, lo que requerimos de los gobernantes es una eticidad que constituya un referente de respeto a las normas jurídicas, de cumplimiento puntual de sus obligaciones institucionales, de rendición de cuentas con apego a criterios sancionables públicamente, de respeto y protección al medio ambiente, de freno en el afán de acumulación material y, de procuración de justicia expedita que contrarreste la impunidad e insolencia.

Los códigos de ética para servidores públicos serán mejor entendidos y reproducidos por el resto de la sociedad, cuando la norma jurídica quede menos sujeta a interpretaciones discrecionales y, su cumplimiento por parte de aquellos sea una norma universal de conducta.

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