La lucha libre, espectáculo tradicionalmente arraigado en la cultura mexicana, ha sido por décadas un espacio de emociones intensas, identidades enmascaradas y conexiones profundas con el público.
Alejandra López Rosales, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Educación y humanidades de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, se ha propuesto estudiar este fenómeno desde una perspectiva poco explorada: su función catártica y el estigma que aún la rodea como manifestación cultural.
Su investigación titulada “El estigma de la lucha libre y su función catártica” busca destacar el papel emocional que juega este deporte en los asistentes, especialmente en contextos urbanos y populares de Tamaulipas.
Alejandra explica que, al asistir a una función de lucha, el público no solo presencia un combate, sino que experimenta una liberación de emociones contenidas.
La joven investigadora también señaló que uno de los grandes retos de su proyecto ha sido la falta de antecedentes históricos consolidados en el estado.
La historia de la lucha libre en Tamaulipas se encuentra fragmentada, y son pocos los registros documentales o investigaciones previas que aborden esta expresión popular desde una perspectiva seria o sistemática.
Alejandra López Rosales espera que su investigación contribuya a revalorizar la lucha libre como un fenómeno cultural legítimo, cargado de significado emocional, simbólico y social.
A través de entrevistas con luchadores locales, aficionados y promotores del espectáculo, su estudio busca construir un retrato más completo de lo que significa la lucha libre en la vida de muchas personas y de cómo puede ser un espacio de catarsis colectiva.