El Tapabocas de Gatell

Por Guadalupe Escobedo Conde

En unos cuantos días más sabremos de lo que estamos hechos y de lo que somos capaces como sociedad, o actuamos con responsabilidad o nos desbocamos a la vida loca sin red de contención; luego de diez semanas de la Jornada Nacional de la Sana Distancia impuesta a propuesta del Dr. Hugo López-Gatell, que contrario a muchas malas predicciones aguantó estoico las tardeadas, nos encontramos en la anhelada cuenta regresiva para terminar el encierro.

Con cautela, las autoridades nacionales y estatales, hablando un mismo idioma, están llamando a la población a la calma, “nada que festejar”, si todo se relaja y se arma un relajo mayúsculo, nos ponemos en riesgo latentes todos. La OMS ya manda alertas mundiales sobre el desconfinamiento que puede resultarnos contraproducente.

Hasta ahora, casi el 80 por ciento de la población logró reducir la movilidad nacional, atendiendo la instrucción del “quédate en casa”, sal sólo si es necesario, trabaja y estudia a distancia, lávate las manos y mantén tu distancia de metro y medio con otra persona en espacios públicos; no pudieron realizar la jornada de distanciamiento social los trabajadores esenciales como el personal médico, de seguridad y limpieza en nuestras ciudades. Sin embargo, por días festivos algo se salió de control y la gente retomó, momentáneamente las calles, hoy las consecuencias son más contagios y muertes.

Con ese antecedente podemos adelantar que muchas personas están pensando en volver a su “normalidad”, sin respetar las reglas de convivencia social que nos ha impuesto el coronavirus, habrá quienes no aprendieron nada en medio de la contingencia y saldrán igual de irresponsables con el mundo, como quién tira basura en la calle, contamina, tose o estornuda sin taparse la boca, que rompen la fila, que se siente campeón cuando agandalla algo o busca esos recovecos que siempre tiene la ley para incumplirla, que le resulta fácil ser infiel, desleal o corrupto y además se vanagloria de serlo.

Y no sé qué tengamos en el gen mexicano, que nos creemos inmunes a tantos males y entonces actuamos: entrones, retando al destino, hablándonos de tú con la muerte y con la premisa de que “todos nos pasa por algo o para algo” nos volvemos retadores, luego queremos que el gobierno todo lo solucione. Pero hasta aquí llego el paternalista cuidado de la autoridad federal, a partir del primero de junio, cada comunidad tendrá que responder por sus familias y vendrán medidas más estrictas para poder contener los ánimos.

Si en más de 70 días del confinamiento, no cambiamos nuestra forma de ser y ver la vida, de interactuar en sana convivencia social y respetar la vida propia y la de

los demás, estará difícil salir bien librados de una segunda crisis sanitaria que ya pronostican los galenos a nivel global.

El acompañamiento del Dr. Gattel durante casi 80 conferencias por la tarde, ha sido fundamental para darnos sosiego en los días más álgidos, sin embargo hasta la autoridad moral del galeno ha sido cuestionada, que sí usa o no tapabocas, que si lo invitaron o no los de la OMS, el caso es que los distractores nos entretienen más y polarizan lo importante y una vez terminada la jornada nacional, la escalada de distractores aumentará, así que a cuidarnos todos, entre todos y de todos.

El cubre bocas, explicó el galeno, no se exigió antes porque la gente lo usaría como escudo para brincarse la sana distancia, ahora que iremos más al espacio público si lo recomienda.

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