Por Guadalupe Escobedo Conde
Otras acusaciones de acoso sexual contra un político encienden de nuevo las alertas y hablan ya de la destitución del gobernador en cuestión, hasta el mismísimo presidente la ha pedido al agresor que se retire para enfrentar las serias denuncias de más de diez mujeres, que laboran o han laborado en la última década junto a él y le acusan de abuso sexual y laboral, físico y digital.
Este nuevo escándalo, no es de este país, aquí el sistema político misógino y machista es otra historia, aquí como sabemos, cuatro mujeres denunciaron pública y judicialmente a un aspirante a gobernador y el presidente mexicano confió más en la versión del agresor que en la palabra de las víctimas. Poco valieron las manifestaciones de las colectivas feministas mexicanas contra Félix Salgado, que con el apoyo del partido de López Obrador alcanzó la gubernatura de Guerrero, con una mala estrategia de paridad, postulando a su hija.
La lección que proviene de Estados Unidos, pesa sobre el gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomu, a quien del presidente Joe Biden ha sugerido su renuncia y ya se le prepara un “impeachment”, un juicio parlamentario para su destitución. El hombre de 63 años, casado, con tres hijas y doctor en derecho, salió a cuadro en los noticieros para decirse inocente, con voz entrecortada y ojos llorosos, se decía probo. Pero le probaron lo contrario.
Implacable, la fiscal Letita James, salió antes en la televisión estadounidense para narrar los hechos que conmocionaron allende sus fronteras, infringió las leyes estatales y federales, sostuvo y calificó de “perturbadoras” las revelaciones de su investigación. Unos casos datan de casi una década atrás.
Sé lo que hiciste el verano pasado y el anterior y más atrás, le dicen al político las mujeres agredidas, que motivaron la averiguación que ahora confirma que no fueron hechos aislados “sino que forman parte de un patrón de comportamiento”.
Las once víctimas sí fueron escuchadas por la justicia norteamericana y durante cinco meses hurgaron en la vida del político, para sustentar la pesquisa con casi 200 entrevistas, centenares de fotografías, videos, correos electrónicos y mensajes de WhatsApp, que develaron un ambiente tóxico. Dichos como el de una empleada de su oficina, dan fe de su mal comportamiento, “deslizaba su mano sobre su espalda cuando estaban en el ascensor”, “le beso la mejilla”, le preguntó “porque no usaba vestido”.
El político y amigo del presidente estadounidense, recientemente había recibido elogios internacionales por el buen manejo de la pandemia, también aspiraba a cargos de mayor envergadura, pero Biden rompió el pacto patriarcal al escuchar a la Fisca describir el acoso como “perturbador, humillante, incomodo e inapropiado” y reclama al agresor asuma las consecuencias.
Cuidando las proporciones, aquí por más de eso, los políticos siguen impunes, amparados por las leyes y el pacto machista, un legislador federal acusado de violar a un menor, hasta el momento se ha salido con la suya y otro diputado local acusado de participar en una agresión con ácido hacia una mujer, sigue sin ser juzgado; y en la más reciente elección, ningún partido político cumplió a cabalidad con la ley 3 de 3 contra la violencia hacia las mujeres y no pasó nada.
Conviene saber, que los movimientos feministas son los que están cimbrando la historia social en muchas partes del mundo, estimulan que las mujeres conozcan sus derechos y las animan a denunciar para romper patrones, aquí en México también, sólo que a veces parece que se avanza a paso lento, debido al muro protector del propio sistema machista, donde mano con mano, los políticos se encubren entre ellos. Pero se va a caer, el patriarcado se les va a caer.