El 11 de septiembre en la memoria mundial

El 11 de septiembre ha quedado grabado en la memoria colectiva, ante el recuerdo de hechos trágicos que han marcado la historia mundial, pues en más de una ocasión ha sido un día en el que población civil ha padecido el inicio de sucesivas tragedias por diversas violaciones a los derechos humanos, destacando los asesinatos, las desapariciones y múltiples medidas autoritarias.

La vasta estrategia mediática implementada desde la capital de los Estados Unidos de América posicionó, no sólo al pueblo estadunidense que efectivamente fue víctima, sino al propio gobierno en calidad de mártir, de los execrables atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001; que fueron utilizados para justificar una sangrienta persecución en Afganistán de los presuntos responsables y, que simultáneamente le permitieron al imperio norteamericano y a las empresas armamentistas de ese país, mantener una guerra por 20 años, sin que la comprometida instauración de la democracia en el país asiático se hubiera cumplido.

Debido a dicha estrategia mediática que a la fecha pervive y, con la que se intenta imponer la narrativa de que, la barbarie sólo proviene de los pueblos musulmanes, muchas personas habrán pasado por alto que precisamente, un 11 de septiembre pero de 1973, el gobierno democrático de Chile encabezado por Salvador Allende, fue víctima de un cruento golpe de estado militar, que le costó la vida al propio presidente chileno.

Liderado por la Armada y la Fuerza Aérea, el golpe militar fue planificado para ese día, debido a que el ejército se encontraba concentrado en Santiago. Los cabecillas del golpe contaron con el apoyo de Augusto Pinochet, quien a la sazón se haría con el poder e instauraría una ominosa dictadura que duró 17 años. Cerca de las once de la mañana, el Presidente Salvador Allende dirigió su último mensaje al país, a través de una cadena de radioemisoras simpatizantes del gobierno.

En este mensaje manifestó su decisión de no abandonar la casa de gobierno, y que se mantendría firme en su postura de defender a Chile de las oligarquías y los golpistas. Allende se había refugiado con sus partidarios en el palacio presidencial de La Moneda, luego de que éste fuera asediado por tanques y bombardeado por aviones de la Fuerza Aérea, cuando las tropas irrumpieron en el palacio para capturarlo, el presidente se suicidó de un tiro.

Salvador Allende había asumido como mandatario de Chile en 1970, siendo en ese momento el primer presidente en América Latina electo de manera democrática. Su gobierno de tendencia socialista, generó el descontento de las clases sociales históricamente privilegiadas, así como de la administración del entonces presidente Richard Nixon, quien veía en Allende una amenaza para la hegemonía norteamericana en la región.

De ese sangriento golpe de Estado, emanaría una de las dictaduras más brutales de la historia del continente americano, baste señalar que según las cifras oficiales del gobierno chileno, durante la dictadura militar al menos 3,095 personas fueron asesinadas y, decenas de miles más fueron torturadas y encarceladas por disentir con la dictadura. Cabe subrayar que el golpe de Estado, que por 17 años revirtió el proceso democrático en el país andino, fue financiado y orquestado con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos.

Esto se desprende de los documentos desclasificados de esa agencia, pudiendo registrar que el exsecretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, jugó un papel clave en el golpe militar que derrocó al gobierno democrático chileno.

De modo que el 11 de septiembre debe ser recordado por las condenables acciones violentas, con las que se ha atentado contra la dignidad humanidad libertaria; en las que gobiernos norteamericanos han tenido una responsabilidad directa, más allá de su pretendido papel de víctima. A fin de que no se repitan estos hechos, es importante mantenerlos en la memoria colectiva.

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