La acometida que ha emprendido el gobierno federal contra el robo de combustibles a Pemex, constituye un combate a la corrupción e impunidad tanto en el ámbito gubernamental como en la iniciativa privada, que irremisiblemente debe pasar por el combate a las instancias y procesos de carácter financiero, que hacen tan atractivo y rentable el negocio del robo de combustibles.
Es evidente la campaña de desinformación y alarmismo emprendida por gran parte de los medios de comunicación masiva, con el objetivo de desacreditar esta iniciativa del Ejecutivo Federal; se extraña que durante años esos medios, ahora tan críticos con el gobierno, hayan hecho caso omiso a este gravísimo problema.
Si bien la incitativa gubernamental ha causado un desabasto transitorio en algunas regiones del país, no existe ante la medida un hartazgo generalizado, como pretenden imponer los citados medios informativos en calidad de opinión pública; en cambio, los beneficios a mediano y largo plazo serán mucho mayores, pues el erario público recuperará enormes recursos económicos, que podrá destinar a inversión productiva respetuosa del medio ambiente, lo que a su vez contribuirá a disminuir las desigualdades sociales en el país.
Habría que destacar que para la ofensiva en contra de los saqueadores de Pemex, el gobierno federal ha contado y está contando con el respaldo de las fuerzas armadas, así como con la solidaridad de millones de ciudadanos que sí han manifestado su hartazgo, ante la prevalencia y dominio de los delincuentes en la vida pública.
A diferencia de lo hecho ante el problema por al menos los tres últimos gobiernos federales, que por acción u omisión permitieron la proliferación de este ominoso delito, el actual gobierno de la nación está poniendo en evidencia que el respeto al estado de derecho y la supremacía de la vida lícita, pueden ser una realidad en nuestro país.
La magnitud del robo, la corrupción e impunidad alrededor de Pemex es enorme y sin precedentes en la vida moderna del país; de modo que el primer logro de la iniciativa presidencial ha sido que los mexicanos por primera vez estamos siendo informados de lo que sucede en el seno de la principal empresa del país, el segundo logro es que se está combatiendo de manera frontal el saqueo; falta que los responsables sean ejemplarmente castigados conforme a derecho; asimismo, fortalecer a las instituciones para que ese delito no se vuelva a cometer.
Para combatir este delito no sólo se necesita apelar a la ley, hay que tener sobre todo autoridad moral, tal vez por eso nuca antes se había emprendido ese camino.